viernes, 19 de febrero de 2010

Chile con el índice más bajo de mortalidad materna en el embarazo


Un estudio del epidemiólogo, presentado el mes pasado en la reunión inaugural del International Working Group for Global Women's Health Research, en Washington D.C., muestra que la reducción de la mortalidad materna se debe a una mejora en la seguridad de los embarazos, y no a la promoción del aborto.

Al parecer, la mortalidad materna se redujo de 275 por 100.000 nacidos vivos en 1960 a 18,7 por 100.000 nacidos vivos en el año 2000, la mayor reducción observada en países de Latinoamérica.

El informe preliminar destaca que desde 1960 ha habido "un gran avance en el sistema de salud pública y de atención primaria" y una mejora importante en educación, que han permitido a Chile tener un registro de salud materna comparable con el de las naciones desarrolladas.

Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), presentan a Chile como el país con "el índice más bajo de mortalidad materna de Sudamérica, mientras que Guyana, que liberalizó significativamente sus leyes a mediados de los noventa argumentando preocupación por el número de muertes maternas, cuenta con los registros más altos".

jueves, 4 de febrero de 2010

Materia de testamento


Materia de Testamento
Gonzalo Rojas

A mi padre, como corresponde, de Coquimbo a Lebu, todo el mar, a mi madre la rotación de la Tierra, al asma de Abraham Pizarro aunque no se me entienda un tren de humo, a don Héctor el apellido May que le robaron, a Débora su mujer el tercero día de las rosas, a mis 5 hermanas la resurrección de las estrellas, a Vallejo que no llega, la mesa puesta con un solo servicio, a mi hermano Jacinto, el mejor de los conciertos, al Torreón del Renegado donde no estoy nunca: Dios, a mi infancia, ese potro colorado, a la adolescencia, el abismo, a Juan Rojas, un pez pescado en el remolino con su paciencia de santo, a las mariposas los alerzales del sur, a Hilda, l'amour fou, y ella está ahí durmiendo, a Rodrigo Tomás mi primogénito el número áureo del coraje y el alumbramiento, a Concepción un espejo roto, a Gonzalo hijo el salto de la Poesía por encima de mi cabeza, a Catalina y Valentina las bodas con hermosura y espero que me inviten, a Valparaíso esa lágrima, a mi Alonso de 12 años el nuevo automóvil siglo veintiuno listo para el vuelo, a Santiago de Chile con sus 5millones la mitología que le falta, al año 73 la mierda, al que calla y por lo visto otorga el Premio Nacional, al exilio un par de zapatos sucios y un traje baleado, a la nieve manchada con nuestra sangre otro Nüremberg, a los desaparecidos la grandeza de haber sido hombres en el suplicio y haber muerto cantando, al Lago Choshuenco la copa púrpura de sus aguas, a las 300 a la vez, el riesgo, a las adivinas, su esbeltez a la calle 42 de New York City el paraíso, a Wall Street un dólar cincuenta, a la torrencialidad de estos días, nada, a los vecinos con ese perro que no me deja dormir, ninguna cosa, a los 200 mineros de El Orito a quienes enseñé a leer en el silabario de Heráclito, el encantamiento, a Apollinaire la llave del infinito que le dejó Huidobro, al surrealismo, él mismo, a Buñuel el papel de rey que se sabía de memoria, a la enumeración caótica el hastío, a la Muerte un crucifijo grande de latón.